Le preguntaron una vez a un famoso filántropo cómo era posible que diera tanto y todavía siguiera teniendo tanto. Respondió: Mientras yo paleo hacia fuera el Señor palea hacia adentro. Y su pala es más grande que la mía. (Anecdonet)
Eso debemos tener presente los cristianos siempre. Os invito a recordar el alegato de San Pablo a Timoteo: "Recibiste oro, da oro. No quiero que me pongas una cosa en lugar de otra, no quiero que me cambies desvergonzada o fraudulentamente oro por plomo o por cobre. No quiero apariencias de oro, sino oro genuino".
No hay comentarios:
Publicar un comentario