Tengo diez semanas de vida. Aunque me faltan algunos días para que empiecen a funcionarme los tímpanos físicos, tengo muy finos los oídos del alma. ¡Me encanta vivir!
Pero, al mismo tiempo, muchos se refieren a mí como si fuera una contradicción. En resumen: que estoy hecho un lío. He decidido hacer una entrevista urgente a mis papás, para que me lo expliquen todo todo.
Mamá, papá, el otro día os preguntaron si soy un accidente. ¿Por qué?
Los mayores, a veces, intentamos calcular al máximo. Hacemos un esquema de lo que creemos que es la felicidad, lo planificamos todo y, cuando la realidad nos sorprende con algo distinto (casi siempre, por otra parte), lo llamamos “accidente”.