Mi alumno diría −como dice de su cumpleaños− que se trata solo de una excusa para salir hasta la madrugada sin que te abronquen.
Un alumno que acaba de alcanzar la mayoría de edad escribe contra la celebración de su propio cumpleaños. Según él, solo su madre debería ser felicitada en tal fecha, porque fue «la que mejor estuvo aquel 18 de diciembre de 1998». 
Es un chaval que siempre me hace pensar. Querría decirle que tiene razón, pero que él fue una alegría entonces, lo sigue siendo ahora y para más gente cada día que pasa. Consiguió nacer, algo que por desgracia resulta cada vez más difícil. Y por todo eso, hay que festejarlo. Si aplicamos su lógica, también la fiesta de Nochevieja carece de sentido. Mi alumno diría −como dice de su cumpleaños− que se trata solo de una excusa para salir hasta la madrugada sin que te abronquen.