viernes, 13 de agosto de 2010

¡COMPADÉCETE DE TU HIJO!

          Del martirio de santa Perpetua os presento estos detalles sobre la entereza de la joven ante los intentos de su padre de persuadirla de que renegara del cristianismo y sacrificara a los ídolos.

          El hombre intenta conmoverla de todas las maneras posibles, y para lograr derribarla le dice que tenga compasión de él, que piense en sus hermanos, en su madre y en su tía materna, y también, cómo no, en el niñito que está criando. Narra la propia Perpetua: "me besaba las manos y se arrojaba a mis pies y me llamaba, entre lágrimas, no ya su hija, sino su señora". Perpetua trata de animar a su padre con palabras muy sobrenaturales, pero no consigue consolarlo. El hombre vuelve a la carga al día siguiente, que es el del juicio, llevando en los brazos al hijito de Perpetua:

           -Compadécete del niño chiquito.


           Y el procurador Hilariano, que tiene autoridad para condenarla, se une al consejo del padre para que así salve la vida.

           Perpetua se niega a sacrificar y se confiesa cristiana. Tan pesado se pone el padre en sus intentos por hacerla cambiar de idea, que acaba el procurador por ordenar que lo echen a palos del tribunal. Y escribe la mártir: "Yo sentí los golpes de mi padre como si a mí misma me hubieran apaleado. Así me dolí también por su infortunada vejez. Entonces Hilariano pronuncia la sentencia contra todos nosotros, condenándonos a las fieras. Y bajamos jubilosos a la cárcel".

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