martes, 9 de abril de 2019

Lo importante son los resultados

Había una vez, en un pueblo, dos hombres que se llamaban Joaquín González. 

Uno era sacerdote y el otro era taxista. Quiere el destino que los dos mueran el mismo día. Llegan al cielo, donde les espera San Pedro.
– ¿Tu nombre? – pregunta San Pedro al primero. 
– Joaquín González. 
– ¿El sacerdote?. 
– No, no, el taxista.

San Pedro consulta su planilla y dice:
– Bueno, te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta túnica con hilos de oro y esta vara de platino con incrustaciones de rubíes. Puedes pasar. 
– Gracias, gracias …. -dice el taxista.

Pasan dos o tres personas más, hasta que le toca el turno al otro Joaquín González.
– ¿Tu nombre? 
– Joaquín González. 
– ¿El sacerdote?. 
–  Sí. 
– Muy bien, hijo mío. Te has ganado el Paraíso. Te corresponden esta bata de lino y esta vara de roble con incrustaciones de granito.

El sacerdote dice:
– Perdón. No es por desmerecer, pero… debe haber un error. ¡Yo soy Joaquín González, el sacerdote!. 
– Sí, hijo mio, te has ganado el Paraíso. Te corresponden la bata de lino… 
– ¡No, no puede ser!. Yo conozco al otro Joaquín González, era un taxista, vivía en mi pueblo, ¡era un desastre como taxista!. Se subía a las aceras, chocaba todos los días, una vez se estrelló contra una casa, conducía muy mal, tiraba las farolas, se lo llevaba todo por delante… Y yo me pasé setenta y cinco años de mi vida predicando todos los domingos en la parroquia. ¿Cómo puede ser que a él le den la túnica con hilos de oro y la vara de platino y a mí esto?, ¡Debe de haber un error!. 
– No, hijo mío, no es ningún error -dice San Pedro-. Lo que ocurre es que aquí, en el cielo, nos hemos acostumbrado a hacer evaluaciones como las que hacen ustedes en la vida terrenal. 
– ¿Cómo? No entiendo. 
– Sí, … ahora trabajamos por objetivos y resultados… Mira, te voy a explicar tu caso y lo entenderás enseguida: Durante los últimos 25 años, cada vez que  predicabas, la gente se dormía; pero cada vez que él conducía, la gente rezaba.

Y…. LOS OBJETIVOS SON LOS OBJETIVOS

anecdonet.com
Juan Ramón Dominguez Palacios

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