Hace tiempo que tenía que escribir el favor (en realidad, los favores) de don Álvaro. Se lo debía. Con Nazareth nos casamos en Argentina el mes de marzo de 2012. Felicidad plena, nos fuimos de luna de miel. A los pocos días de regresar, tuvimos una de las mejores noticias: ¡íbamos a ser papás! Sin embargo, esa alegría inmensa se tiñó de oscuridad, pues a las pocas semanas perdimos el embarazo.
Fue un golpe muy duro. Al año siguiente, volvió a quedar embarazada... y volvimos a perderlo.
FUE UN GOLPE MUY DURO. AL AÑO SIGUIENTE, VOLVIÓ A QUEDAR EMBARAZADA... Y VOLVIMOS A PERDERLO
En enero de 2014 hicimos un viaje para recorrer en un par de semanas algunos países de Europa.
Cuando estábamos en Roma, recibí un email de mi padre, quien nos contaba que habían anunciado la beatificación de don Álvaro. Paseando por Roma, se nos había hecho un poco tarde, era invierno, pero le dije a mi esposa que fuéramos a conocer Santa María de la Paz, en cuya cripta está enterrado don Álvaro. Estábamos rezando allí por nuestra intención y observé que comenzaban a colocar candelabros en el altar. Iba a comenzar una bendición solemne. Minutos después, pudimos asistir a la bendición presidida por el entonces Padre, don Javier. Terminada la bendición, bajamos las escaleras de la iglesia para irnos. Para nuestra sorpresa, el Padre estaba rezando en la tumba de don Álvaro. Esperamos a un costado y lo pudimos saludar y pedirle que rezase por nuestra intención. Además de decirnos “sois unos pibes” (ahora ya no tanto) mientras me golpeaba afectuosamente la cara con la palma de su mano, y diciéndonos que iba a encomendarnos y nos recomendó, que hiciéramos una consulta médica. Nosotros ya lo estábamos haciendo.
PUDIMOS ASISTIR A LA BENDICIÓN PRESIDIDA POR EL ENTONCES PADRE, DON JAVIER
Finalmente, a mi esposa le diagnosticaron un problema en la sangre, por lo que para los embarazos debía inyectarse heparina.
Por otro lado, no sé por qué, pero en el 2002, cuando varios amigos me habían contado sus experiencias en la canonización de san Josemaría, yo me decía que la beatificación de don Álvaro no me la iba a perder. Aunque, habiendo costeado un viaje a Europa meses antes, iba a ser difícil poder volver ese mismo año y estar en la beatificación.
Comenzamos a encomendarle especialmente a don Álvaro por nuestra intención. Un mes después, me postulé a una beca de Fundación Carolina para hacer un Máster en Derecho Constitucional. Luego de encomendar esta intención a don Álvaro también, en el mes de junio, me enteré que había ganado una de las plazas. El curso empezaba los primeros días de octubre de 2014 y finalizaba el 20 de junio de 2015. A pesar de que la Fundación suele sacar los pasajes para ir a España solo escasos días antes del comienzo del curso, me fijaron la fecha de mi vuelo para el 20 de septiembre.
DÍAS DESPUÉS, ¡ESTÁBAMOS ESPERANDO NUESTRA HIJA!
Siete días después, estaba junto con mi esposa (y mis padres, que también asistieron) en la beatificación. De más está decir que le encomendamos especialmente nuestra intención. Y de más está decir que don Álvaro fue sumamente efectivo. Días después, ¡estábamos esperando nuestra hija! Nació el 18 de junio, en Madrid. Como mi esposa tiene la doble nacionalidad, es argentina e italiana, pero nacida en España, ya se lo explicaremos.
Nueve meses de beca. Un Máster. Un bebé. ¡Gracias, don Álvaro!
J. S. Y. – Argentina
opusdei.es
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