En 1990 Irak invadía Kuwait y, poco después, comenzaba un breve pero dura guerra -sobre todo para el perdedor, como de costumbre- entre los Estados Unidos y el país invasor. Hubo un último intento de impedir la contienda, cuando el entonces secretario general de las Naciones Unidas, Pérez de Cuéllar (en 1995 derrotado en las elecciones para la presidencia de Perú por Fujimori), habló con Bush y luego con Saddam Husseim, pero el conflicto estalló al final. Pérez de Cuéllar, abatido y desesperanzado, comentó en el aeropuerto a los periodistas este aforismo inglés: "Para bailar el tango hacen falta dos".
J. EUGUI
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