miércoles, 18 de julio de 2018

Historias antiguas del cole

Quedaron en mi memoria para siempre.
Estábamos en una época antigua, mediados del siglo XX. El hospital era antiguo. Dos camas paralelas; una de ellas daba a la ventana. En ésa había un niño que disfrutaba con lo que veía por la ventana y lo contaba a toda a la habitación. 
El niño, pobrin!!, andaba mal de los pulmones y de vez en cuando se ahogaba, tenía una campanilla a mano y una buena monja al oír la campanita, le atendía. Al lado, un hombre maduro, frisaba los sesenta, viejo para la época. Ya llevaban dos meses sin alta; pasaban los días, aburridos, tediosos, dolorosos, sólo animados por los relatos del niño de la ventana.

Una noche se ahogaba, buscó la campana y no la encontraba. El hombre maduro, en un ataque de locura, madurado en otras noches, la tenía en su mano. Tenía envidia de las vistas del niño, de su ventana al mundo. El niño se ahogó. Al día siguiente el hombre maduro y loco ocupaba la cama del pequeño. No quiso mirar hasta estar bien instalado; el cielo era gris, iba a llover. Y por fin descubrió lo que hacía feliz a la habitación, al niño de malos pulmones. Un callejón, media escombrera y nada más.
(En aquella época no abrimos un debate sobre la seguridad social; sobre si niños y mayores deberían estar en la misma habitación; sobre sanidad pública y privada; campanillas o botones... el cuento era ese y solía acabar la clase con un avemaría; creo que ya había oscurecido, eran cuentos de otoño.)
Daniel Tirapu
religionconfidencial.com
Juan Ramón Domínguez Palacios / http://anecdotasypoesias.blogspot.com.es

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