sábado, 21 de julio de 2018

La manzana y el cerdo

Hay que actuar bien por que uno quiere: “somos así” (esto es coherencia interna). Luego es importante hacerlo así ante aquellos que pueden escandalizarse si no nos comportamos como se espera de nosotros.
Pero, si uno mete la pata, siempre puede haber una excusa amable…

Isaac era un estricto observante de las restricciones dietéticas judías. Pero un día fue solo a un restaurante y vio que en el menú había cerdo asado.
– Me gustaría comerlo, aunque sólo sea una vez -reconoció-. Trajeron el cerdo, que tenía una manzana en la boca. En ese momento Isaac alzó la vista y vio que un conocido suyo, que asistía a la misma sinagoga que él, le miraba fijamente.

– He pedido una manzana al horno -explicó Isaac con aire de inocencia-. ¿Cómo iba a saber con qué acompañamiento iba?

anecdonet.com
Juan Ramón Domínguez Palacios /
http://anecdotasypoesias.blogspot.com.es

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