Palacio del duque de Abrantes |
Escribe San Josemaría: Recuerdo que una vez estaba dando ejercicios al clero de una ciudad castellana, Avila. Hay allí un viejo palacio del duque de Abrantes, y me chocaron las palabras escritas sobre la fachada principal del edificio.
Me explicaron que se trataba de una tozudez del prócer dueño del caserón. Desde el palacio, a través de un portillo hecho en la muralla, podía directamente salir de la ciudad. Y el municipio le obligó a cerrarlo.
Lo cerró, pero mandó poner sobre aquella ventana de la fachada principal esta inscripción: donde una puerta se cierra, otra se abre. ¡Tozudez! ¡Perseverancia! ¿Tú y yo somos así para nuestras cosas? Cuando algo no va en esa lucha cotidiana, ¡pues mañana irá! Hijos míos, sed tozudos. Llevad la tozudez al plano sobrenatural.
San Josemaría, meditación 4.3.1960
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