El rico comerciante Juan Daens concedió un préstamo económico al rey Carlos I de España (y V de Alemania), tras la solicitud de dinero a éste por parte del monarca.
Tras cerrar el trato se decidió celebrar un banquete en la casa que el prestamista tenía en Amberes, por lo que el soberano se trasladó hasta allí, siendo agasajado con todo tipo de manjares.
Al finalizar la opípara comida, Juan Daens hizo llamar a su criado quien se presentó portando una bandeja que contenía varios trozos de madera perfumada la encendió y tras sacar el recibo en el que figuraba el préstamo concedido al rey lo quemó mientras pronunciaba las siguientes palabras:
‘Gran Señor, después de hacerme el honor de comer en mi casa, nada me debéis’.
Juan Ramón Domínguez Palacios
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