La justicia china confirmó la prohibición hecha en 2005 a un empresario chino de vender terrenos en la Luna, informaron este sábado medios de prensa estatales.
Un tribunal de Pekín estimó una vez más que nadie podía reclamar la propiedad de la Luna, refiriéndose a un tratado internacional sobre el espacio firmado por China en 1983, y desestimó las pretensiones de Li Jie, quien montó la firma «Embajada de la Luna».
Esta empresa había presentado una demanda contra las autoridades de control del Comercio, que le retiraron sus permisos profesionales en 2005 y le impusieron una multa. La oficina del Comercio estimó en ese entonces que si la venta de terrenos en la Luna era «un hermoso sueño», ello se asemejaba sobre todo a un fraude, y le prohibió seguir proponiendo terrenos al precio de 298 yuanes (37 dólares) por 0,4 hectárea.
Unas 34 personas se dejaron tentar antes de que las actividades de la firma fuesen suspendidas por la administración, y luego prohibidas por la justicia en primera instancia.
Fuente: AFP
anecdonet.com
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Un trabajo que llena es aquel en el nos encontramos útiles: pone nuestras capacidades a prueba. Muchos de los trabajos no acaban de atraernos, pero ¿qué vamos a hacer? ¿A dónde vamos a huir?
Hay un gran peligro (que se acentúa con la crisis de los cuarenta o mid-life crisis): el buscar trabajos imposibles, imaginativos, ideales, pero inconcretos, que nos mantienen en continua zozobra, que nos llenan de ansiedad. Por que nunca alcanzamos las expectaciones y nos mantienen en la inseguridad e incertidumbre.
Hay que aconsejar a la persona «creativa» (pero poco práctica) que CONCRETE: en un trabajo que se pueda tocar; no hay nada peor que un trabajo imposible.
La anécdota citada abunda en esta idea…
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://anecdotasypoesias.blogspot.com.es
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