domingo, 2 de mayo de 2010

TESTAMENTO DE ABDERRAMÁN III

          El califa Abderramán vivió 70 años y reinó 50. Fundó la ciudad palatina de Medina Azahara, cuya fastuosidad aún es proverbial, y condujo al emirato cordobés de su nadir al esplendor califal.

          A su muerte dejó por legado un poderoso Califato forjado por la fuerza de las armas, uno de los estados más poderosos del Occidente europeo, que, sin embargo, se derrumbó en poco más de medio siglo.

          En su testamento se puede leer: «He reinado más de 50 años, en victoria o paz. Amado por mis súbditos, temido por mis enemigos y respetado por mis aliados. Riquezas y honores, poder y placeres, aguardaron mi llamada para acudir de inmediato. No existe terrena bendición que me haya sido esquiva. En esta situación he anotado diligentemente los días de pura y auténtica felicidad que he disfrutado: suman catorce.»

          El deseo de felicidad es tan grande y tan intenso en todos los hombres que no se puede colmar del todo aquí en la tierra. "Es de origen divino. Dios lo ha puesto en el hombre con el fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer"(1). Son bien conocidas las palabras que dejó escritas San Agustín: "Nos hiciste,  Señor, para Tí, y nuestro corazón estará inquieto hasta que descanse en Tí" (2). Ninguna otra cosa podrá llenarlo. Todos los hombres y todas las mujeres, de un modo u otro, no  pocas veces por caminos equivocados, buscamos ser felices.

(1) Catecismo de la Iglesia Católica n. 1718
(2) San Agustín, Confesiones, I, 1,1

1 comentario:

  1. MUY BIEN ENCIMA LO ESTOY DANDO EN EL COLEGIO JAJAAJAJAJA

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