viernes, 4 de abril de 2014

Sin correr, sin prisas

   ¡Que vamos como locos, y no nos enteramos de nada, tanta veces! Pararse a pensar, a meditar, a hablar las cosas con Dios, imitando a nuestra Madre, que guardaba y meditaba todo lo que le sucedía en su corazón.


Jaime Sanz

No hay comentarios:

Publicar un comentario