miércoles, 21 de noviembre de 2018

La Verdadera Cajita Feliz

Llamaban en la Hamburguesería al Pack especial con Super-Size BicMac-perro, patatas gigantes, cocacola triple y helado de vainilla y diferentes caramelos LA CAJITA FELIZ. Y el niño se había empeñado en “plimplarse” una cajita feliz. Así se las ingenió este buen padre para sacar partido de esta inevitable, cruel y común encerrona infantil…
Un niño estuvo toda la tarde tirando del chaleco de su papá y diciéndole: “Papa, quiero una cajita feliz”. En un momento de inspiración del Espíritu Santo, el papá tomó a su hijo, lo subió al auto y … ¿sabes dónde lo llevó? ¡A la parroquia! Entró en el Templo con el pequeño y se fue directo al Sagrario.
Allí se arrodilló él e hizo que el niño también se arrodillara a su lado. Después de un momento de oración, miró al niño y apuntando al Sagrario le dijo unas palabras que el niño no olvidará jamás: “HIJO, ESTA ES LA ÚNICA Y VERDADERA CAJITA FELIZ”. Y con tremenda convicción le explicó cómo ahí estaba presente el único que realmente puede hacernos felices…el autor mismo de la alegría: el Señor Jesús. 

Cuando tengas cualquier dolor o pena, no dudes en venir a arrodillarte aquí a los pies del Sagrario, porque siempre saldrás de aquí con paz y verdadera felicidad en el corazón. Y cuando estés alegre y contento ven también a compartir tu alegría con Él que de seguro se alegrará contigo”. Sólo después de haberle hecho esta maravillosa catequesis acerca de la presencia de Jesús en el Sagrario, el papá llevó a su hijo a comerse la hamburguesa que el niño quería…

anecdonet.com
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://anecdotasypoesias.blogspot.com.es

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