San Remigio enseña el bautismo a Clodoveo |
Muy famosa es la frase del rey franco Clodoveo, convertido al cristianismo por influjo de su esposa Santa Clotilde allá por el año 596 de nuestra era, cuando le leían la Pasión del Señor y se le saltaban las lágrimas:
-¡Ah, si llego a estar allí yo con mis francos!
-¡Ah, si llego a estar allí yo con mis francos!
Son palabras conmovedoras, de gran sinceridad y de auténtico afecto hacia el Señor, que se entienden muy bien en un hombre que era en cierto modo como un niño, lleno de sencillez, de la sencillez de quien se acaba de convertir. Pero ahora, en lo que a nosotros se refiere, pueden sonar a una invitación a luchar contra todo aquello que nos aparta de Jesucristo, contra todo aquello que se presente como enemigo del Señor en nuestra propia vida.
J. EUGUI
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