viernes, 8 de junio de 2012

La generosidad en tiempos de crisis

La generosidad en tiempos de crisis

   «Tantos voluntarios dan una buena idea de la generosidad de muchas personas que desde el anonimato se interesan seriamente por los demás, trabajando duro y a diario»

      El autor del artículo explica, también con el testimonio de Francisco del Pozo, la labor del Banco de Alimentos, que ha sido propuesto para el Premio Príncipe de Asturias de 2012

      A sus 73 años Francisco del Pozo Blanco preside el Banco de Alimentos de Cantabria. Maestro jubilado, trabajó, junto a don Daniel, como profesor de educación especial en la Obra San Martín durante ocho años, y otros treinta en el colegio de educación especial Parayas. Padre de cuatro hijas y miembro supernumerario del Opus Dei, trabaja como voluntario en una tarea que le parece apasionante, como al resto de la veintena de voluntarios. El año pasado distribuyeron cerca de 680.000 kilos a más de 22.000 personas, a través de 165 centros benéficos de Cantabria.
 
      Al preguntarle qué hace el Banco de Alimentos de Cantabria nos contesta lo siguiente:
    «Nuestra tarea consiste en conseguir alimentos a través de diversas fuentes como: excedentes de varias empresas agroalimentarias de Cantabria (como por ejemplo ‘Uvesco’, ‘Lupa’, ‘Pascual’, ‘Andros’ —antes ‘Frixia’—, ‘Leche Celta’, ‘El Consorcio’, Ayuntamiento de Valderredible (patatas), ‘Apolo’, ‘Café y Té’, etc.), ‘Operaciones Kilo’ tanto en grandes superficies como en distintos entes públicos o privados, Plan Nacional de Alimentos, recogidas de alimentos en colegios públicos, privados o concertados, intercambios con algunos de los 53 Bancos de Alimentos existentes en España con la colaboración de transportes ‘Azkar’, recepción de fruta a través del Ministerio de Comercio y del de Alimentación, recogidas en ‘Carrefour’ que dona diariamente verduras y productos frescos, o cenas solidarias como la recientemente organizada por el ‘Rotary Club’ del Real Valle de Camargo. Y luego distribuirlos entre las 165 instituciones benéficas, que atienden a familias de inmigrantes, enfermos psíquicos, drogadicción, personas mayores, marginados, infancia, clausura y otros. No hacemos donaciones a particulares sino a estas entidades.
    No hace falta decir que un Banco de Alimentos es una iniciativa social de primer orden. Intenta solucionar la más apremiante de las necesidades cotidianas de los más desfavorecidos: poder comer todos los días. La tarea vale la pena. En cualquier momento te pueden llamar para satisfacer una necesidad apremiante o llega una partida de uno de los generosos proveedores. Tantos voluntarios dan una buena idea de la generosidad de muchas personas que desde el anonimato se interesan seriamente por los demás, trabajando duro y a diario.
    En los últimos años la crisis se ha notado mucho y las peticiones han aumentado considerablemente, especialmente por iniciativa de distintos Ayuntamientos de Cantabria que nos derivan a diversos colectivos necesitados, así que hemos tenido que hacer un esfuerzo y redoblar la dedicación, tanto para solicitar alimentos como para su distribución.
    Hemos tenido que agudizar el ingenio. Entre otras cosas, hemos incrementado bastante las ‘operaciones kilo’, en las que voluntarios del Banco de Alimentos solicitan un kilo de algún alimento para nuestra Asociación. Por ejemplo, el sábado 2 de junio tenemos la suerte de poder contar, para la ‘Operación Kilo’ en ‘Eroski’, con un grupo de alumnos de un instituto de Santander, inmigrantes, prejubilados, voluntarios necesitados, etc.
    A los colectivos que tradicionalmente se han beneficiados de estas ayudas se ha sumado el afectado por la crisis, ya que el paro ha llevado a situaciones límite. Por ejemplo, hay abuelos que han tenido que acoger en casa a sus hijos, que se han quedado sin trabajo, y a sus nietos, y tienen que vivir todos con la pensión de los jubilados, y necesitan ayuda para salir adelante».
      Nos explica que las fuerzas para sacar adelante esta ingente labor las saca de su vida cristiana, de procurar hacer las cosas por amor a Dios y a los demás.
      La Federación de Bancos de Alimentos, a la que pertenece el Banco de Alimentos de Cantabria, ha sido propuesta para el Premio Príncipe de Asturias de este año. El Banco de Alimentos de Cantabria cuenta ya, para esta mención, con el apoyo del Gobierno de Cantabria, de ayuntamientos como el de Santander, Laredo, Astillero o Camargo, y de otras entidades como la Fundación Botín o la Obra Social de Caja Cantabria y de varios colectivos asistenciales.
      Cabe destacar que la Federación Española de Bancos de Alimentos acaba de recibir, el pasado día 9 de mayo, la Medalla de Oro de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, que le ha sido concedida este año, junto a otras instituciones y personas, y que fue entregada por SS.AA.RR. los Príncipes de Asturias a José Antonio Busto, presidente de la federación.

Antonio Soler Ferrán es voluntario del Banco de Alimentos de Cantabria
El Mundo – Cantabria / Almudí

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