domingo, 3 de junio de 2012

Un anuncio complicado


   ¿Cómo lo anunciarías tú?. Entiendo que no es fácil. El otro día iba en el coche y tenía un autobús justo delante. Pero con la lluvia y los cristales empañados, no conseguía distinguir bien el anuncio del vehículo. Total que me acerqué y acerqué hasta que casi me la pego, pero conseguí leer lo que ponía: “cada viaje es el viaje más importante de mi vida”. Y echó a andar… el autobús, claro. 
 
   No acaba de ver claro qué demonios anunciaba. Total, que en una rotonda absurda conseguí dar con él: funerarias de Madrid. El tipo caracterizaba a un conductor de un coche fúnebre. “Vaya modo de anunciarse”, pensé, pero lo cierto es que no encuentro muchos modos más fáciles de anunciar una funeraria.
   Después de todo, si eso fuera así, ya estaría bien. A veces uno se acostumbra a las cosas más importantes de la vida, y llega un punto en que, casi, da todo igual. Un compañero mío estuvo rezando por lo difuntos que llegaban al crematorio, y no quiero contaros cómo actuaban algunos operarios…

   Hoy un chico de la parroquia hace el viaje más importante de su vida. Le operan de un tumor maligno en el cerebro. Le van a quitar buena parte de él. Es muy creyente, aunque la vida para él no ha sido fácil. A sus 39 años ha pasado por todo. El médico está muy sorprendido -y yo también- por el modo en el que ha encajado su enfermedad. No conoce del todo la gravedad, pero sabe que le puede costar la vida. 
 
   Es más, hay casi un 100% de que así sea (en un plazo de 3 meses), aunque él no es así de consciente. Lo cierto es que el otro día comentó delante de un montón de gente: “tengo mucha ilusión y muchos proyectos. Y si se truncan, mejor que mejor, me voy con mamá (falleció de cáncer de huesos hace 2 años). Eso también me hace ilusión”. Glub. Está arrastrando a todo el mundo en este viaje. Para el bien. Para la confesión. Para vivir cara a Dios.

   El ya no puede leer. Quizás no pueda hacerlo nunca más después de la operación de hoy. Que estas letras te sirvan de homenaje cuando las leas, ya en la tierra recuperado, ya en el cielo con tu madre. Gracias por tu ejemplo.

Extraído del blog De Madrid al cielo "

ANECDONET

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