sábado, 31 de agosto de 2013

Matrimonios que ni la muerte puede separar

   
   Ruthie y Harold fallecieron con sólo 11 horas de diferencia tras 66 años juntos. Como ellos existen otras parejas que partieron a la vez y cuyos casos son inexplicables.

  •    “Hasta que la muerte nos separe”, prometieron Ruthie y Harold el 20 de agosto de 1947. Tras seis décadas de matrimonio, ambos fallecieron con tan sólo 11 horas de diferencia porque, según sus familiares, no podían vivir el uno sin el otro. Su partida fue la prueba final de la seriedad de aquella promesa en la iglesia de St. Henry, Ohio (EE UU) hacía exactamente 66 años y que ni la muerte pudo romper.


       No existe una explicación científica, y su familia tampoco cree que sea una coincidencia. “Cuando mi madre enfermó, todos quisimos dejar claro a mi padre que ella no iba a sobrevivir... y creo que entonces decidió que ella no se marcharía sin él”, explica una de las hijas del matrimonio a ABC News.
    La pareja se conoció en el colegio, pero no fue hasta unos años después, en plena Segunda Guerra Mundial, cuando comenzaron a mandarse cartas que sólo eran el inicio de lo que sería una larga vida en común.
    Harold falleció primero, con 91 años, y esa misma tarde le siguió Ruth, con 98 años. “Cuando estaba claro que mi madre iba a morir y mi padre lo asimiló, se pasó la noche sin dormir. Al día siguiente estaba tranquilo, pero pronto empezó a debilitarse y murió 11 horas antes que mi madre”, explica, “creemos que Harold quería acompañarla en esta vida y en la siguiente, y así lo hizo”. 
    Hasta la eternidad
    Historias como la de Harold y Ruthie son únicas, pero también existen otros pocos ejemplos de matrimonios a los que la expresión “hasta que la muerte nos separe” se les quedó corta.

    Uno de los casos más conocidos es el de Donald, de 85 años, y Rosemary, de 76 años, que tras compartir 56 años de su vida fallecieron con sólo un minuto de diferencia. Esos 60 segundos fueron el testimonio del amor de dos personas que, como explica su hija, eran “inseparables”. 
    Un día Donald sufrió un infarto y Rosemary llamó en ese momento a su hija para informarle de que su padre estaba grave y que sería trasladado al hospital. Él murió de camino al centro, y ella falleció nada más colgar el teléfono. “Las últimas palabras de mi madre fueron: “Se han llevado a tu padre al hospital, tienes que venir”, así que fui para allá. De camino intenté hablar con ella, pero la línea estaba ocupada así que asumí que estaba hablando con mi hermana. Cuando llegué al hospital, los doctores me dijeron que mi padre había fallecido, pero que mi madre no estaba allí”. 
    Hacían todo juntos y se fueron juntos. La pareja tuvo un funeral conjunto y fueron enterrados el uno junto al otro.
    Pero si hay una historia peculiar es la del matrimonio formado por Helen y Les Brown. Nacieron el mismo día, estuvieron juntos durante 75 años y fallecieron el pasado julio con apenas un día de diferencia a los 94 años de edad.
    El inicio de su historia, publicada por el diario Press Telegram de Long Beach, se remonta también al colegio, donde se conocieron. Poco después, en 1937, se fugaron para casarse porque sus padres no aprobaban el noviazgo. Helen era de una familia de clase trabajadora, y Les pertenecía a la clase alta. Sus familias creían que su relación nunca funcionaría.
    Después de 75 años juntos, sus amigos y familiares tienen algo claro: “Si alguna vez dos personas fueron uno para el otro, ellos fueron Helen y Les Brown”. 

    La Gaceta

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