viernes, 13 de abril de 2018

AMADA ADOLESCENTE, Poemas amorosos (1944), Secreta fuente (1948)



NO cabe otro sufrir ni otro consuelo
que el de esperar doliente y resignada
mendigar de tu amor una mirada,
a mi alma triste asida a triste suelo.

¡Cómo quisiera rauda, en raudo vuelo,
ascender al amor de tu morada
para rendir su fe de enamorada
en ardiente coloquio, allá en tu cielo!
¡Cómo quisiera ardiente, aquí en la tierra
que fueras cuerpo y sangre, toda vida,
para moverte a alegra y dulce guerra!

Sólo queda el sufrir, sin una herida
en el robusto cuerpo, que se aferra
a perdurar sin muerte, en esta vida.
BARTOLOMÉ LLORÉNS (CATARROJA, 1922-1946) FUE PARA DÁMASO ALONSO "LA JUVENTUD QUIZÁ MÁS TRASPASADA DE VIDA Y ESPÍRITU". CARLOS BOUSOÑO, GRAN AMIGO SUYO Y POETA, SEÑALABA QUE "ESTOS VERSOS TIENEN UN SEGURO PUESTO ENTRE LAS VOCES AUTÉNTICAS DE NUESTRO GRAN SIGLO LÍRICO." NO CABE DUDA DE QUE SUS VERSOS Y SU VIDA -ÍNTIMAMENTE UNIDOS- SIGUEN HABLANDO AL CORAZÓN DE CADA HOMBRE Y MUJER QUE BUSCA "AQUELLA ETERNA FONTE".

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