Jerzy Kluger conoció a Karol Wojtyla a los cinco años. Compartían pupitre en la escuela, jugaban juntos a fútbol y eran compañeros de travesuras en Wadowice. A Juan Pablo II entonces le llamaban Lolek. Pero llegó la guerra y el pequeño Jurek tuvo que escapar de los nazis. Su amistad quedó truncada.
Gianfranco
De Simone cuenta su historia en el libro “El Papa y yo”. Tras la guerra
los dos pensaron que el otro había muerto. Pero sus caminos volvieron a
cruzarse. La primera audiencia privada que concedió tras ser elegido
Papa fue precisamente a su amigo judío.
ROMEREPORTS
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