Para los que no saben comprender que la santidad de la Iglesia no tiene nada que ver con las miserias de nosotros, los fieles, para quienes no saben trasuntar su fe ni siquiera en las encuestas, y que el tema no es de mayorías ni de minorías, prefiero quedarme con la siguiente anécdota.
Un niño chino que, según nos relata el ya mencionado Fernández Carvajal, llega a su clase de catecismo, a la misión, sin saber que el sacerdote ha sido detenido. Un agente comunista le pregunta:
−¿Adónde vas?
− A catequesis.
−Ya no hay catequesis.
−Entonces voy a ver al sacerdote.
−Ya no hay sacerdote.
−Entonces voy a la Iglesia.
−Ya no hay Iglesia.
Y el niño chino contesta:
−Yo estoy bautizado… Yo soy la Iglesia.
Ese niño chino, lo tengo clarísimo, comprendía muy bien lo que muchos grandes, mayores que él, aún ni siquiera empiezan a entender.
Lillian Calm es periodista.
Fuente: temas.cl.
Juan Ramón Domínguez Palacios
http://anecdotasypoesias.blogspot.com.es
Juan Ramón Domínguez Palacios
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