viernes, 7 de febrero de 2020

‘¿Cómo le gustaría a Dios que fuera Notre Dame?’

Cuando Fran vio arder la catedral de París pensó que debía hacer algo. Ahora, su diseño para la restauración de Notre Dame ha sido seleccionado entre los mejores del mundo
Es el único español que ha conseguido entrar en la selección final, que se resolverá el próximo verano.

Fran es ingeniero de Diseño Industrial y vive en Nules (Castellón). A pesar de su juventud −apenas tiene 30 años−, sus trabajos le han aupado ya a lo más alto del podio del diseño mundial.
Ha cosechado premios y nominaciones, el más codiciado de todos el Reddot Award 2018, considerado como un verdadero Óscar del diseño. El jurado se lo otorgó por la primera grifería solid surface fusionada con encimera del mismo material, que facilita la limpieza y elimina riesgos de averías. Su proyecto para la restauración de la Catedral Notre Dame de París ha sido seleccionado recientemente como uno de los mejores del mundo por la plataforma mundial de arquitectura GoArchitect.
Siendo niño ya apuntaba maneras, y ganó varios concursos de dibujo. Sorprendió a todos con una felicitación navideña en la que se le ocurrió pintar de memoria la fachada del templo de la Sagrada Familia de Gaudí, que acababa de visitar con sus padres.
Sin embargo, en el colegio no iba bien de notas hasta que un profesor acertó a orientarle: “a ti te iría bien una ingeniería de diseño”. Un mundo se abrió en su mente juvenil y todo cambió. Llegaron las buenas calificaciones.
Fran no es del Opus Dei pero está muy agradecido por lo que ha recibido a lo largo de su vida de esta institución: “Mi promoción era la más revoltosa que ha pasado por el colegio, y yo el peor. Pero supieron darnos una emoción y un por qué de las cosas, aunque entonces no nos dábamos cuenta. Ahora sí. La formación que recibí en el colegio Miralvent, la que me han dado mis padres, que son supernumerarios del Opus Dei, y la que ahora recibo yo en un Centro, me ayudan a dar sentido cristiano a mi actividad diaria… no hay dinero para pagar todo eso. Los que la hemos recibido y la seguimos recibiendo no sabemos lo que tenemos”.
De su padre, un médico cirujano conocido y querido en toda la comarca, y de su madre, resalta dos virtudes: se desviven por los demás, y nunca se quejan. “Viéndoles trabajar a todas horas para hacer favores (familiares, económicos, médicos…) a personas muy diversas, he aprendido que el trabajo tiene sentido si sirve para resolver problemas a la gente”.
“Mi padre ayuda tanto a la gente desde siempre que le han dedicado una calle, con el voto unánime de todos los partidos. Cuando se inauguró, con toda naturalidad explicó que ese enfoque del trabajo como servicio es lo que había aprendido en el Opus Dei. La gente le quiere mucho, porque además es risueño, sabe quitar hierro a los problemas, ayuda sin darse importancia”, considera Fran.
Nada más acabar la carrera, Fran comenzó a trabajar en una conocida industria cerámica de Castellón. Y pronto se independizó. “En casa aprendí que el trabajo sirve si resuelves problemas a los demás. Y eso lo aplico al diseño: busco hacer cosas que faciliten la vida y el trabajo a la gente, y además sean bonitas”.

El impacto de Notre Dame

“Para mí el incendio de Notre Dame fue como el 11-S. Me impactó. Como tantos otros tuve un cierto sentimiento de orfandad si aquello no se apagaba pronto y si no se recuperaba bien... Y me puse a darle vueltas a la posible restauración. Se había generado un problema, ¿y yo no podría hacer algo?”, rememora.
Ese mismo día comenzó a trazar líneas con posibles soluciones respetuosas con el significado original de la catedral, levantada en su día para honrar a la Virgen, con mucho arte y una sorprendente capacidad técnica para la época. “Quienes hicieron Notre Dame eran muy buenos profesionales, y además hombres de fe: entras en la catedral y te sientes elevado hacia Dios”, señala.
Cuando poco después el presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, anunció que se abría un concurso para la restauración de Notre Dame, Fran no se lo pensó. Descargó planos, estudió a fondo la situación e ideó un diseño moderno, técnicamente viable y plenamente integrado con el estilo de la Catedral.
“El templo es un lugar de oración, y la oración requiere un ámbito recogido y sencillo, no admite extravagancias ni personalismos que distraigan de lo esencial, que es el culto divino −mantiene. No soy partidario de soluciones que rompan la armonía original de Notre Dame y que sólo busquen la notoriedad del nuevo diseñador”.
Fran ha recibido como un regalo del cielo que su proyecto haya sido seleccionado entre los mejores de entre los varios cientos que se presentaron. Quedó abrumado cuando empezaron a llamarle los medios de comunicación ante la noticia, porque además era el único español seleccionado.
“Eso ha sido ya un premio. Lo importante es estar en marcha, en ‘la parrilla de salida’, como dice el papa Francisco. Si ves un problema, intenta ayudar a solucionarlo, no te quedes parado. Eso lo he aprendido también en el Opus Dei: no es cristiano quedarse en casa cuando fuera hay un problema. Y Dios no nos pide éxitos, sólo que lo intentemos, que hagamos lo que podamos…”.
Fuente: opusdei.org.

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