miércoles, 17 de junio de 2020

Hay que matar a esos bichos cuando son pequeñitos

Salió el hombre por primera vez de su pueblo. Montado en su burra se encontró con un camino extraño:

– Era un caminico con palicos atravesaos y dos hierros largos a los lados… Ibamos la mula y yo tan tranquilos cuando aparece la oruga gigante… Y me hace este ruido: PIIIII, ¡Piiiii! Chufla, chufla, -le dije- Aquí estaba yo antes; así que como no te apartes tú…

La siguiente escena es del pueblerino en la sala de Trauma del hospital con todo tipo de vendajes y escayolas. Había pocos huesos sanos.

Y de pronto, una enfermera aparece con una tetera de las que pitan, el hombre se incorpora como puede, agarra un gayato  (BASTÓN), y empieza a golpear la tetera ante la sorpresa de la enfermera: – No se asuste; esta oruga es malísima cuando crece: a
 estos bichicos hay que matarlos cuando son pequeñicos



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