miércoles, 18 de mayo de 2011

UNA BUENA PLEGARIA

   Proviene de una monja que poseyó mucho sentido común y no menos sentido sobrenatural. Redactó una oración en la que solicitaba del Señor lo siguiente: "Señor, tú sabes mejor que yo que me estoy haciendo vieja y que un día, pronto, yo estaré incluida entre los ancianos. Guárdame del fatal hábito de creer que yo tengo algo que decir a propósito de todo y en toda ocasión. Líbrame del obsesivo deseo de poner en orden los asuntos de los demás".

   Continuaba expresando otros deseos todos muy encomiables, y luego decía: "No me atrevo a reclamar que me des mejor memoria, pero sí que me des una creciente humildad y menos presunción cuando mi memoria se enfrente con la de los demás".

   Sólo queda hacer propia esta plegaria y terminar así : "Amén".



JULIO EUGUI

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