Paco es médico residente de primer año en el Hospital Clínico de Madrid.
Hace un par de semanas conoció la iniciativa de una cirujana de La Princesa que, a través de una dirección de correo electrónico, se comprometía a hacer llegar a los enfermos de coronavirus las cartas de todos aquellos que quisieran escribirles para darles ánimo. Parecía sencillo y pensó que él podría hacer lo mismo en su hospital.
“La primera misión del médico es curar, cuenta Paco, pero siempre mirando a los enfermos como personas. En esta crisis estamos palpando que el mayor sufrimiento al que se enfrentan los enfermos es la soledad. Antes que como médico, como persona y como cristiano, pensé que esta iniciativa podría ayudar en parte a llenar ese vacío, esa necesidad que tienen los enfermos -y todos los hombres- de sentirse queridos”
Sin embargo, al proponer la iniciativa, el equipo de Medicina Preventiva del hospital valoró el posible riesgo que suponían aquellos folios pululando de mano en mano por las habitaciones y decidieron pararlo. No la iniciativa, sólo el formato. Porque la jefa de Prensa y Humanización del Clínico llamó a Paco para poner a su disposición los canales de televisión internos del hospital, que llegan a las habitaciones de los pacientes, y “emitir” desde ahí todos los mensajes que llegaran.
A partir de entonces, todo fue una labor de equipo. Un correo electrónico donde se reciben las cartas y un grupo de WhatsApp de 130 voluntarios (residentes, amigos…) que las transforman en formato vídeo: grabándose a sí mismos leyéndolas y mostrándolas. De momento ya han superado los 10.000 mensajes.
opusdei.es
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