martes, 30 de marzo de 2010

PERDIDO EN LA SELVA


El padre Anchieta, religioso de la Compañía de Jesús fue famoso misionero en las tierras del Brasil.

Un día, andando por la selva, se perdió en ella.

Por más vueltas y pesquisas que daba en la espesura del bosque no encontraba el camino por donde tenía que ir.

Después de bastante caminar, encontró a un anciano.
Este, al ver al misionero, le dijo: "Ven pronto, que hace tiempo que te espero".

Sorprendido el padre Anchieta ante aquella revelación, le dijo: "¿Cómo es esto?"

El anciano le contestó: "Anhelo el camino recto y la felicidad después de la muerte".

El sacerdote le examinó y comprobó que era pagano, pero que había vivido rectamente, cumpliendo los preceptos del derecho natural.

El padre Anchieta le instruyó brevemente en las verdades fundamentales de la religión católica.

Pero al ir a bautizarlo, no encontró ningún manantial de agua.

Entonces recogió el rocío de las hojas de los árboles y bautizó al anciano.

Le puso por nombre Adán.

Su alma se iluminó con la hermosura de la gracia santificante.

El anciano murió a los pocos días de recibir el Bautismo, dando gracias a Dios por aquel tan gran beneficio.

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