Lo cuenta Amin Maalouf en su conocida novela León el africano. Entre Fez y Mequinez hay una aldea que llaman La Vergüenza. ¿Por qué ese nombre tan poco honroso? Los habitantes han sido siempre muy avaros, hasta el punto de que las caravanas de mercaderes procuran pasar de largo.
Una vez el rey de Fez pasó por allí, cuando andaba a la caza de leones, y lo invitaron con toda su corte. En su honor mataron algunos corderos. Además querían dar prueba de generosidad y decidieron poner ante su puerta un odre lleno de leche para el desayuno real.
Los habitantes tenían que ordeñar sus cabras y aportar una porción de leche para el famoso odre, pero cada campesino pensó que si rebajaba su aportación a base de una buena dosis de agua, tampoco se iba a notar mucho. Al día siguiente, el rey y su séquito tomaron un líquido transparente que no sabía más que a... avaricia.
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