Un sacerdote chileno, con sus buenos ochenta años ya a cuestas -aunque no los representa- y en activo, y muy activo, refiere a un escritor español detalles de su vida de servicio a Dios. Don Sergio, entre otras cosas, ha creado una fundación que lleva diecinueve hogares en los que se atiende a dos mil ancianos abandonados, más un comedor que da de comer a unos trescientos pobres cada día. ¿Que por qué es tan feliz? Motivos tiene diversos para estar contento, comenzando por su misma vida sacerdotal.
Pero sobre todo:
-Me encuentro en la mejor edad de mi vida, porque pienso que estoy cerca de conocer a Dios cara a cara.
-Me encuentro en la mejor edad de mi vida, porque pienso que estoy cerca de conocer a Dios cara a cara.
Cfr. J.L. Olaizola, Guía de curas con encanto
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