sábado, 15 de enero de 2011
LA CIUDAD DE LOS NIÑOS
Todos los días muy temprano, la señora Bertha Rivera, arregla a su hijo, Antonio, que cursa el 4º grado de primaria en la Ciudad de los Niños, antes de que lo recoja el transporte escolar. Después, ella y su esposo, don Claudio, salen hacia el centro urbano para afrontar un nuevo día de trabajo. Don Claudio toca el acordeón y Bertha canta y toca el pandero en una de las plazas más comerciales de Monterrey, brindando a los transeúntes un rato de alegría. Ambos son invidentes. Pero su limitación física no les ha impedido sacar adelante la familia.
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