viernes, 28 de enero de 2011

Logopedia y autosuperación

   El afán de superación y la constancia de la mano de la humildad (imprescindible para descubrir el obstáculo y dejarse ayudar) son armas del cambio. Cambiar a mejor, dejando lo bueno que cada uno tiene. Esta es una anécdota real de esta tensión interior que llamamos lucha ascética...

   El Rey que no podía decir «King»
   El éxito del filme «El discurso del Rey» se basa en la verdadera historia de un terapeuta australiano que enseñó a Jorge VI a pronunciar la «K»
   Después de semanas de «Georgemanía» en el Reino Unido, con motivo del estreno de «El discurso del Rey», finalmente los ingleses podrán ver a partir de mañana la película sobre el tartamudo Jorge VI, ya en pantalla en España y otros países. Si en ocasiones la ficción supera lo real, en este caso la ficción brinda la realidad, recuperando una historia que parecía sepultada bajo los escombros de la Segunda Guerra Mundial.

   La gran epopeya inglesa de mediados de siglo XX transmitida a las nuevas generaciones enlaza el heroísmo de Winston Churchill con el reinado de Isabel II, olvidando la intrahistoria de un rey que no nació para serlo, que tuvo que luchar contra su tartamudez en la era del nacimiento de la radio y que a pesar de su aparente falta de preparación supo aglutinar a su nación frente al agresor nazi, demostrando ser «el hombre correcto en el tiempo correcto», como ha escrito el autor Nigel Farndale en «The Sunday Telegraph».

   La vida de Jorge VI, monarca entre 1936 y 1952, está llena de ironías, como el hecho de que no podía pronunciar la letra «k», por lo que le era imposible referirse a sí mismo como «king» (rey). También es irónica su muerte, pues aconsejado a fumar para combatir su tartamudez —un recurso equivocado—, murió de cáncer de pulmón a los 56 años, pasando la Corona a su hija Isabel.
Bertie, como era conocido en la Familia Real, nació en 1895 como príncipe Alberto; luego sería elevado a Duque de York. Menos apuesto y comunicativo que su hermano mayor, sin la preparación para el trono que éste tuvo, se vio de pronto con el cetro en la mano cuando Eduardo VIII se vio obligado a abdicar para poder casarse con la divorciada estadounidense Wallis Simpson. Jorge VI sucedió a su hermano en medio de una crisis institucional y de una crisis bélica.
 
   La reseña de la película podéis leerla  AQUÍ

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