Rafa Nadal es un ejemplo. Eso lo ha demostrado a lo largo y ancho de sus ocho años como profesional del circuito de tenis. Un ejemplo en la cancha y fuera de ella. Competidor, deportivo y ganador; educado, respetuoso y humilde; Nadal es el único deportista español laureado que no genera controversia ninguna en el país al que representa.
Sin embargo, el manacorí nunca fue querido por la grada de París, en el torneo de Roland Garros, a pesar de haber escrito su nombre con letras doradas en el palmarés del campeonato. Ayer sumó su sexto triunfo, igualando al mito sueco Biörn Borg, y en siete años compitiendo sobre el suelo del Roland Garros solo ha perdido un partido. Aún así, el público local se volcó con el suizo Roger Federer durante el transcurso de la final, aplaudiendo sus aciertos y los errores de su contrario, como había hecho siempre.
Al finalizar el encuentro con victoria del español por 7-5, 7-6. 5-7 y 6-1 sobre el suizo, el hexacampeón Rafael Nadal dejó unas palabras para la grada:
"Quiero dar las gracias a todo el público y toda la gente que hace posible este torneo y que permite que pueda ser el mejor torneo del mundo".
Además de sus declaraciones iniciales en español, al finalizar su intervención con el micrófono volvió a dirigirse a la tribuna para, esta vez en francés, agradecer una vez más al público su calor durante el torneo.
CARLOS MOYÁ, ADMIRADO POR EL 'PERDÓN' DE NADAL A LA GRADA
El ex tenista e íntimo amigo de Rafa Nadal, Carlos Moyá, mostró a través de la red social Twitter su descontento con el público francés y su comportamiento con el jugador español durante todo el torneo:
"Admiro muchas cosas de Nadal, pero casi la que más es que todavía le queden ganas de agradecer al público".
PERIODISTA DIGITAL
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