Narciso Yepes |
Narciso Yepes refería con sencillez a una periodista que él disfrutaba, gozaba de verdad, con la música, compartiendo con el público emociones estéticas; pero no buscaba el aplauso; es más, cuando llegaba la ovación, se sorprendía siempre. Y añadía una confidencia muy especial:
-Y le confesaré algo más, casi siempre, para quien realmente toco es para Dios.
Dice "casi siempre" porque alguna vez puede distraerse. La entrevistadora hace una pregunta curiosa:
-Y... ¿a Dios le gusta la música?
-¡Le encanta! Más que mi música, lo que le gusta es que yo le dedique mi atención, mi sensibilidad, mi esfuerzo, mi arte... mi trabajo. Y, además, ciertamente, tocar un instrumento lo mejor que uno sabe, y consciente de la presencia de Dios, es una forma maravillosa de rezar, de orar. Lo tengo bien experimentado.
JULIO EUGUI
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