Parece que lo habitual es que la esposa mande en casa, aunque muchas veces no lo parezca, y que lo haga mejor que el marido. Había un caballero que decía a un amigo:
-En mi casa las grandes decisiones las tomo yo. Y si se trata de algo sin importancia, entonces dejo que decida mi mujer.
-¿Sí? ¿Cómo es eso?
-Muy fácil. Yo digo si declaramos la guerra a Rusia y si conviene viajar a Júpiter. Y ella determina dónde iremos de vacaciones, qué se compra cada día, qué programa se ve de televisión, etc.
Cfr. J. Sanz Rubiales, Medios de comunicación: aprender a ser críticos
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