Para los aficionados al ballet no es en absoluto desconocido el nombre de Isadora Duncan, célebre bailarina estadounidense (1878-1927), una artista que logró rebelarse contra el academicismo imperante en su tiempo. Una vez le preguntaron por su familia y ella comentó que no es positivo que los padres se preocupen mucho por dejar a los hijos una buena herencia; de esa manera sólo consiguen matar en ellos el espíritu de superación que tanto conviene al ser humano.
Los padres deben cuidar -decía- de fomentar en los hijos la laboriosidad y la capacidad de sacrificio; y añadía:
-La mejor herencia que pueden dejarles es, sencillamente, la madurez y la libertad necesarias para saber actuar y defenderse por sí mismos.
-La mejor herencia que pueden dejarles es, sencillamente, la madurez y la libertad necesarias para saber actuar y defenderse por sí mismos.
J. EUGUI
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