lunes, 5 de marzo de 2012

Asia Bibí explica en ‘¡Sacadme de aquí!’ su calvario tras ser condenada a muerte por blasfemia

Asia Bibi
Hace tres años que esta cristiana de Pakistán fue condenada por la Ley Antiblasfemia a morir en la horca. Un libro narra desde su propia voz cómo era su vida antes y cómo es ahora, tras convertirse en un icono mundial para cuantos luchan por la libertad religiosa

 El 14 de julio de 2009, tras varias horas de cosecha en el campo, Asia Bibi tuvo sed, se acercó a un pozo y bebió. En ese momento, una vecina gritó que el agua era de las mujeres musulmanas y la estaba contaminando. El tono de la disputa fue subiendo hasta que surgió una acusación: "¡Blasfemia!". En Pakistán, esa palabra significa muerte. La suerte de Asia estaba echada

Tras propinarle una brutal paliza, la encarcelaron. Un año después fue condenada a la horca. Hoy, a la espera de una apelación, se pudre en una celda sin ventana. Su familia ha tenido que huir del pueblo, amenazada por los extremistas. Los dos hombres que quisieron ayudarla, el gobernador del Pendjab, musulmán, y el ministro de las Minorías, cristiano, han sido asesinados.

Y se ha puesto precio a su cabeza si finalmente es liberada: hay cientos de fanáticos dispuestos a hacerse ricos asesinándola.
Ve la luz un libro narrado en primera persona
Desde el fondo de su prisión, Asia Bibi cuenta en ¡Sacadme de aquí! (LibrosLibres, 2012) cómo era su vida antes de aquel incidente y cómo es ahora. Una historia que la ha convertido en icono mundial para cuantos luchan por la libertad religiosa.
Ella es católica. Está casada con Aship y tiene cinco hijos: un chico, Imnran, y cuatro chicas, Nasita, Isha, Sidra y la pequeña Isham, de nueve años.
Hasta que fue detenida, vivía y trabajaba en el campo en una pequeña aldea del centro de Pakistán donde sólo dos familias son cristianas. Durante su proceso se le ofreció abjurar de su fe y hacerse musulmana para liberarse de la acusación de “blasfemia” contra el Islam. Ella prefirió la fidelidad a Jesucristo. Pero quiere también ser libre. Y, sobre todo, reunirse en paz con los suyos.
Su relato, sencillo y conmovedor, no se refiere solo a la truculencia de su calvario actual. También nos brinda una visión emotiva de cómo era su apacible vida de familia antes de que se viera truncada por el odio, desde cómo celebraban la Navidad a sus esfuerzos para asistir a misa en un país donde ser cristiano es una garantía de ocupar los peores puestos y arriesgarse a las peores consecuencias.


La ONU, la gran ausente
Que haya países que puedan condenar a muerte por diferencias religiosas es inadmisible. El caso de Asia Bibi es el último de una larga lista que recuerda que la persecución religiosa existe en el mundo. Es evidente que el caso de la violencia contra la pluralidad de creencias en el mundo es un tema para las Naciones Unidas. No obstante, la ONU ha sido y es la gran ausente del caso de Asia Bibi.

Mientras que la ONU centra sus esfuerzos en realizar informes sobre sexualidad y homosexualismo, profundamente ideologizados, parece que mira para otro lado cuando se trata de persecución de cristianos en el mundo.

Ban Ki-moon y la cúpula de Naciones Unidas ha demostrado con su silencio el absoluto ostracismo al que quieren relegar la violencia contra los cristianos en el mundo, una violencia que diferentes informes afirman que es la más violenta y extendida en el mundo contra cualquier confesión.

Se alargan los plazos del juicio a Asia Bibí
El caso de la cristiana Asia Bibí, condenada a muerte por blasfemia, no avanza y tampoco pudo pasar las Navidades con su familia.

La cabeza de Asia Bibi ya tiene recompensa
Un extremista musulmán ofreció una recompensa por asesinar a la cristiana Bibi. Ante la posibilidad de un eventual indulto a Asia Bibi por parte del presidente de Pakistán, Asif Ali Zardari, el líder musulmán Moulana Yousaf Qureshi ofreció casi seis mil dólares a aquel “seguidor leal de Mahoma” que la decapite.

CNN informó entonces que, además de ofrecer la recompensa, equivalente a más de seis veces el promedio del salario anual en Pakistán, Qureshi también amenazó con convocar a millones de fieles islámicos para protestar si la ley de blasfemia de Pakistán era enmendada para reemplazar la pena de muerte con cinco años de cárcel.

FORUM LIBERTAS

¡Sacadme de aquí!

Asia Bibi

Editorial LibrosLibres
150 páginas

1 comentario:

  1. Es una historia terrible. Es conmovedor ver que aún existan tales muestras de falta de tolerancia y respeto.
    Más lamentable aún es que la fe musulmana, que surgió con actos de paz en contraposición a sectores cristianos violentos, hoy sea el principal referente del terror y del miedo para la humanidad... Dios es referente de muerte ¡Qué lástima!

    Muy bueno tu blog, no lo había visitado. Me hago fan

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