martes, 5 de octubre de 2010

MINAS A LA DERIVA

-¡Había que relevarlos cada diez minutos!

    Escuchaba yo con interés el relato del oficial que había participado en misiones de control de una zona del mar durante la llamada Guerra del Golfo. 
 
   Contaba que el mayor peligro para su fragata no estaba en un posible encuentro con buques enemigos, sino en las pequeñas minas que andaban a la deriva por aquella zona; eran tan pequeñas que los aparatos normales para detectarlas no eran del todo seguros; así que no había más remedio que situar a un marinero en la proa, provisto de prismáticos, para que barriera con su vista el agua. 
 
   El marinero, por la cuenta que le traía -sería el primero en saltar por los aires si chocaban con una mina-, se esforzaba por escrutar cada metro cuadrado de agua...

-Era agotador. Por eso, había que relevarlos cada diez minutos...

J. EUGUI

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