viernes, 5 de noviembre de 2010

"¡Cuántos militares acuden a la confesión tras años, y vuelven a comulgar!"

 Esa es la experiencia pastoral del capellán del Portaaviones Príncipe de Asturias
Jueves, 04 de Noviembre de 2010 01:00

   Vicente Hernández Chumillas es capellán castrense y navega a estas horas por el Océano Índico a bordo del Portaaviones Príncipe de Asturias, uno de los grandes buques de la Armada Española, dotado con una tripulación de 555 marinos, la mitad de ellos del grupo aéreo. En una reciente carta cuenta su experiencia, celebrando Misa diaria y observando cómo muchos de los tripulantes vuelven a practicar los sacramentos tras mucho tiempo.

   El Páter Hernández considera que son dos las cosas más relevantes de su misión particular en el buque: "la celebración de la Eucaristía todos los días, hacer presente el sacramento eucarístico, y de una manera especial, los domingos" y "la presencia, estar ahí, hacerte cercano con todos, desde el Sr. Comandante hasta el último marinero".

   "El capellán, cuenta en tercera persona, siempre está presente y disponible, escuchando, acompañando, dando un buen consejo, intercediendo… muchas veces es una labor callada, silenciosa…pero que da muchos frutos. ¡Cuántos militares acuden al sacramento de la confesión después de muchos años, y vuelven a comulgar! ¡Cuántos de ellos, en especial, los más jóvenes, no han tenido tan cerca a un sacerdote!".

   Tras la Misa del domingo, explica, "solemos hacer una meridiana, un pequeño aperitivo", para "romper la rutina de todos los días en la mar" y "darle al Domingo un carácter especial".

   Se preocupa de todos a bordo, "los que son más religiosos y cercanos y los que te pueden ver con cierta indiferencia o recelo", y los visita todos los días en su destino.

   "Cuando te enteras que están pasando un mal momento, explica, intercambias unas palabras, una pequeña charla, es acompañas cuando hay una enfermedad de algún familiar, o la muerte inesperada de un ser querido, ya que cuando te encuentras muy lejos de tu casa y sin la posibilidad de poder regresar, son momentos muy difíciles, y entonces, el aliento, la palabra de consuelo y el acompañamiento del capellán les puede ayudar a dar sentido cristiano y trascendente a los momentos críticos de la vida. De esta manera sencilla se hace que se valore muy especialmente la presencia del sacerdote", concluye.

RELIGIÓN CONFIDENCIAL

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