A veces nuestros visitantes quedan prendados de nuestra Semana Santa y se afanan no solo en verla sino participar en ella vivamente; esto fue el caso del protagonista de esta anécdota.
Le gustó tanto nuestra Semana Mayor que se hizo hermano de una hermandad de capa de la Madrugada y tras veinte mil avatares para hacerse la túnica a distancia desde, el otro lado del charco pues residía en un país sudamericano, al año siguiente regresó para hacer realidad su sueño .-
Se hospedó en un hotel céntrico para poder disfrutar de las cofradías y tener un reparador descanso a mano, sin necesidad de usar autobuses ni taxi.