Tengo diez semanas de vida. Aunque me faltan algunos días para que empiecen a funcionarme los tímpanos físicos, tengo muy finos los oídos del alma. ¡Me encanta vivir!
Pero, al mismo tiempo, muchos se refieren a mí como si fuera una contradicción. En resumen: que estoy hecho un lío. He decidido hacer una entrevista urgente a mis papás, para que me lo expliquen todo todo.
Mamá, papá, el otro día os preguntaron si soy un accidente. ¿Por qué?
Los mayores, a veces, intentamos calcular al máximo. Hacemos un esquema de lo que creemos que es la felicidad, lo planificamos todo y, cuando la realidad nos sorprende con algo distinto (casi siempre, por otra parte), lo llamamos “accidente”.
La clave para superar la primera de las pruebas a que se debía enfrentar Indiana Jones, en la película titulada «La última cruzada», para llegar hasta el Santo Grial, y así poder salvar a su padre, era una frase breve que decía: «solo el penitente pasará». Repitiéndola varias veces para sí fue discurriendo: «el penitente se postra ante Dios… ¡el penitente se arrodilla!».
Y precisamente en arrodillarse encuentra el modo de superar la prueba. Solo el penitente pasará. Y en lo que se refiere a prepararse para recibir a Jesús en la Navidad, no es desacertado decir que «solo el humilde comprenderá». La humildad es el modo acertado de ir al encuentro de Dios para poder entender lo que quiere darnos a conocer.
Hace veinte años te llamé “Oriente” en un cuento que escribí sobre el Nacimiento de Jesús. Permíteme que hoy te cambie el nombre.
¿Por qué Gelsomina? Porque tu imagen me trae el recuerdo de una chiquilla de ojos saltarines, mirada traviesa y cara de alcachofa que aparecía en “La Strada”, una película inolvidable de la postguerra italiana.
Gelsomina era una especie de esclava comprada por diez mil liras. Su dueño, un animal llamado Zampanó iba por los pueblos de Italia a bordo un carromato motorizado exhibiendo su fuerza presuntamente hercúlea, mientras Gelsomina repicaba el tambor. A ella le habría gustado que su amo, de quien se iba enamorando poco a poco, la mirase con cariño; pero aquella bestia elemental la ignoraba por completo cuando no la maltrataba.
Lloraba Gelsomina porque pensaba que su vida no tenía razón de ser, que solo era un trasto inútil, hasta que una noche un payaso loco le convenció de lo contrario.
─Nada ni nadie es inútil en el universo ─le dijo─. Todo lo que Dios ha creado tiene un motivo y un fin. Yo no sé para qué sirve esta piedrecita que tengo en la mano. Si lo supiera sería el Padre Eterno; pero si está piedrecita fuese inútil hasta las estrellas dejarían de tener sentido.
¿Comprendes ahora por qué te llamo Gelsomina? Tú también estuviste así, aburrida en una esquina de la galaxia y llegaste a pensar que eras una estrella inservible, una especie de error del Todopoderoso. Pero, cuando te dejaste llevar por el Ángel, te convertiste en un personaje imprescindible. Fuiste la primera señal de tráfico que instaló Yahvé para orientar a los Magos. Hiciste la travesía del desierto con escolta de reyes y manto de plata. En Jerusalén pusiste en jaque a la jet con su monarca a la cabeza. Y, sobre todo, te posaste sobre la gruta donde nació Jesús, y viste al Niño que tantos reyes, profetas y patriarcas habían soñado ver, y no vieron. Fuiste la lámpara en la mesilla de noche de María y el farol del portal que alumbró a los Pastores. Para colmo, tu larga cola de luz bailó en el cielo el primer villancico que compusieron los ángeles.
Querida Gelsomina, yo sé que Dios te ha encargado una nueva misión. Esta Navidad darás escolta a cientos de miles hombres, mujeres y niños, que llegarán desde Oriente porque te han visto en el Cielo. Llevan tu imagen en la retina y un cargamento de sueños imposibles en la mochila.
Me dicen que se cumplirán esos sueños sólo si te descubrimos también desde Europa. Sólo así se producirá de nuevo el milagro de Belén; pero me temo que no está el horno para bollos ni tenemos la pupila para estrellas.
Cuando te encuentres sobre la Península echa un vistazo hacia abajo y lo entenderás. Verás a millones de españoles que caminan por las calles con la cabeza inclinada hacia el suelo. ¿Problemas de cervicales? No, querida estrella: llevan en la mano un artilugio hipnótico con una pequeña pantalla de la que no pueden apartar la vista ni un segundo. ¿Se trata de una enfermedad? Probablemente, pero aún no ha sido clasificada por los galenos, quizá porque ellos mismos están también ocupados contemplando su propio ombligo electrónico.
Te preguntarás qué es lo que capta la atención de tantos. Si te respondo que los “pokemon” no entenderás nada. Tampoco yo, no te preocupes. Por lo visto, muchos juegan a atrapar seres virtuales que pululan por las calles pero sólo pueden verse en esos mágicos rectángulos.
El Doctor Kloster ya habla de una neurosis nueva, que es epidémica, virulenta y contagiosa. Los afectados piensan que no hay vida más allá de su pantalla, y han perdido por completo la capacidad de mirar al cielo. Es el mito platónico de la caverna en versión cibernética.
¿Remedios? A eso me dedico yo, querida Gelsomina. Mi trabajo consiste en levantar una a una las barbillas de los pantalleros para quevean la luna, el sol, las estrellas, las aves del cielo, los árboles del bosque, los rostros de las gentes. Y puedan mirarte también a ti, Gelsomina, y a ese Dios inmenso que vendrá dentro de nada en los brazos de María.
En una entrevista a una radio danesa, Herbert von Karajan, uno de los más grandes maestros en la dirección de orquesta del siglo XX, fue preguntado acerca de cómo hacía cuando se enfrentaba a obras que ya había interpretado varias veces y que conocía, por tanto, sobradamente. El maestro austríaco respondió: «cuarenta años después sigo buscando».
Esa es la distancia entre España y Marruecos. El Jubileo de la Misericordia, propuesto por el Papa Francisco, fue el origen de «Bicis para Tetuán», una iniciativa de cuatro vecinos del barrio de Montecarmelo, en el norte de Madrid.
Una iniciativa social estupenda que os invito a conocer: AQUÍ
Recordamos a San Columbano. Siendo muy joven, todavía adolescente, se vio tentado con insistencia por algunas mujeres para pecar contra la castidad. Angustiado por el peligro en que se encontraba de ofender a Dios atentando contra la virtud de la santa pureza, fue a pedir consejo a una virgen solitaria que desde hacía muchos años gozaba de fama de santidad y sabiduría.
Aquella mujer, después de escucharle, le aconsejó con rotundidad que se apartara de toda tentación: «¿Piensas tú que podrás fácilmente resistir la tentación de esas mujeres? ¿Recuerdas a Eva tentando y a Adán cediendo? ¿No fue también Sansón débil frente a Dalila? ¿No perdió David su antigua rectitud seducido por la hermosura de Betsabé? ¿No fue engañado el sabio Salomón por el amor a las mujeres? Así pues, márchate lejos y apártate del río en el que tantos han caído».
El Consejo de Estado francés ha vetado un vídeo muy viral que muestra la felicidad real de las personas con síndrome de Down. El documental ´Querida futura mamá´ (Dear future mom), promovido por las Fundaciones Jérôme Lejeune y la asociación Down Madrid, entre otras, que ha sido visto más de 7,2 millones de veces en Youtube, presenta la realidad cotidiana de las personas con discapacidad, frente al miedo de una mujer embarazada de un embrión con este síndrome.
Había una sección de un popular programa de fútbol, dedicado a analizar los partidos de liga disputados la jornada precedente, que se llamaba «Lo que el ojo no ve» –ignoro si todavía existe tal sección, pero fue muy famosa en los años noventa y principios del dos mil–. En ese espacio del programa se ofrecían detalles o aspectos de la jornada que habrían pasado inadvertidos de no ser porque con una cámara los habían buscado e inmortalizado.
Elena y Andrés aceptaron un día que no podían tener hijos, pero no sellaron su casa. Durante el Año de la Misericordia han acogido a dos hermanas cuyos padres no pueden cuidarlas. De momento. Saben que un día dirán adiós. Y también saben que dar hogar y cariño sin esperar nada a cambio es "otra manera de amar y servir".
Elena y Andrés se casaron en 2001 y viven en Vigo (España). Ellos mismos narran así la introducción de su historia: «Como cualquier matrimonio, soñábamos con los hijos que tendríamos. Pero no llegaron. Los hijos son un don de Dios. Y a veces sucede que Dios no concede hijos».
Hablamos de Fedor Karamazov delineado por Dostoyevski en su novela Los hermanos Karamazov. Fedor, el padre de los hermanos que dan título a la novela, tiene tres hijos de dos matrimonios y un cuarto ilegítimo del que se rumorea es también progenitor. Está sumido en el alcohol y se deja llevar por la sensualidad sin ningún freno, es también avaro y oportunista.
Querría ser de otro modo, conserva la noción de bondad y de santidad, inclinándose ante ella cuando la reconoce en otros, pero carece de voluntad para enderezarse. A sus más de cincuenta años se ve preso de la esclavitud de sus debilidades.
Guste o no guste el anuncio, una madre es una madre y hay que hacerle caso siempre; mensaje que queda claro en el nuevo anuncio de Loterías del Estado de esta Navidad.
En el cementerio parisino de Thiais hay una tumba con una frase que revela al paseante curioso la identidad de su inquilino: “Escritor austriaco muerto en París”. Es una lápida sobria, fría, granítica. Allí descansa Joseph Roth, uno de los mejores escritores que dio el siglo XX, que vivió solo 44 años..
Joseph Roth había nacido en 1894 en Brody, una población de Galitzia, entonces en el Imperio Austrohúngaro. De familia judía, su padre los abandonó antes de nacer. Su infancia y adolescencia fueron difíciles. Acabó sus estudios de literatura y filosofía en Viena. Sirvió en el ejército austríaco durante la Primera Guerra Mundial. Después trabajó como periodista en diversas capitales europeas. Pronto empezó a publicar unas novelas que le proporcionaron una merecida fama como escritor, aunque la enfermedad, el alcohol y las penurias económicas nunca le abandonarían hasta su prematuro fallecimiento.
Retiendas es un pequeño municipio de la provincia de Guadalajara, en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha que, en 2015, contaba con una población de 53 habitantes.
Se trata de uno de los pueblos pertenecientes a la llamada arquitectura negra, ya que en las paredes y tejados de sus viviendas predominan las lajas de pizarra oscura.
Todos sabemos de su importancia. De hecho, hay veces que le ponemos precio por dar minutos a los demás, pero a veces no sucede así: ¿y si compartiéramos nuestro tiempo? ¿y si lo regaláramos? El otro día vi un tuit que precisamente retuiteó nuestro anfitrión, @jiribas, sobre un banco del tiempo solidario. ¡Qué maravilla! Un tiempo para compartir donde entregas tu colaboración y siempre recibes más de lo que das… Como en todo, debemos tener mesura y saber elegir nuestra opción, ya que a veces a quienes se lo quitamos es a los que tenemos más cercanos; y nos pasamos el tiempo diciendo “¡mañana jugamos!”, “¡mañana vamos!”. Y todo pasa por un mañana que no llega. Y ¿sabéis qué? Que esa etapa tampoco vuelve, que la infancia es de corta duración y no siempre le prestamos la importancia que tiene; quizás si aprendiéramos a vivir y a disfrutar esos ratitos, seríamos más felices. Y ellos, también. Con lo que ganaríamos todos, “Porque dando es como se recibe”, como decía San Francisco de Asís. Maribel almudi.org
Silvia tiene 17 años y vive en Valladolid. En 2015 se lanzó a un proyecto de voluntariado en Hungría para atender a los pacientes de un hospital psiquiátrico. En 2016 ha vuelto. Entre otras muchas cosas, allí ha descubierto que la Enfermería puede ser su vocación profesional.
Silvia está en 2º de Bachillerato. El curso final. Exámenes. Programas. Exámenes. Media. Selectividad versus reválida. Adiós instituto, hola Universidad. 17 años. Valladolid.
En este décimo vídeo de la serie “Basta empezar. Maneras de ayudar a los demás” aparecen tres iniciativas de servicio a los demás: una en Filipinas, otra en Austria y otra en Kenia
Como otras muchas que buscan dar una respuesta a necesidades concretas de la gente, comenzaron siendo pequeñas y sin contar con grandes seguridades. Para tender una mano a los demás, basta empezar…
Bernardo Moll grabó durante seis años a su hijo, con síndrome de Down, y el resultado es un precioso relato de lucha y superación.
Sacar adelante La historia de Jan no ha sido una tarea fácil. No se trata de una película con un gran presupuesto ni está protagonizada por actores conocidos. Sin embargo nos cuenta una aventura increíblemente tierna y humana que toca la fibra, que llega a lo más profundo del alma con un mensaje sencillo, un lenguaje claro y, lo más importante, está contada desde el amor infinito de unos padres a su hijo.
Decía un buen amigo respecto de sí mismo al volante que nunca había tenido un solo incidente con otro vehículo, ni tampoco multa alguna. A lo que le contestábamos al unísono varios que él no los tenía pero los provocaba.
Dejaba seguro un reguero de damnificados por su forma de conducir: ausencia de señalización al girar, pésimo cálculo de las distancias laterales, invasión frecuente de los otros carriles…
Él no habría tenido accidentes, pero seguro que ha debido de provocar varios. Y eso también cuenta, porque en el mundo no circulamos solos ni aislados, sino que nuestras acciones y omisiones influyen en los demás. Jesús en el evangelio exhorta a que tengamos cuidado de no influir negativamente.
El video no tiene desperdicio. Para conseguir lo que nos interesa, ponemos todos los medios, a veces hasta los que no son tan lícitos, como la niña del video, que engaña al pobre chico y al final se queda con todo.
Dios es tan bueno que se deja engañar, y nos da más de lo que nos corresponde a cambio de ... nada.
¡Reza y pide!
Entre Madrid y Líbano hay 5.020 kilómetros en coche. De Madrid partió Alex hace dos años para ayudar al desarrollo de la labor del Opus Dei en el país de los cedros mientras estudia la carrera. La televisión ha contado su historia de madrileño por el mundo, y aquí resumimos el background de lo que las cámaras no ven… del todo…
Alex debe ser de los pocos madrileños que hace dos años decidió estudiar la carrera en el Líbano…
Doce años después de ‘La Pasión de Cristo’, el ganador del Oscar por Braveheart, vuelve a llevar al cine una historia de fe basada en hechos reales. Mel Gibson se ha vuelto a poner tras las cámaras en‘Hasta el último hombre’ una historia enmarcada en la Segunda Guerra Mundial para presentar al héroe cristiano, Desmond Doss.
Yo, a lo mío. No paro de darle vueltas a esta fotografía, a la puerta que abre y que –temo– se normalice pronto. Abrahim Hassan ya tiene seis meses. Hace varias semanas conocimos que nació gracias a la técnica de los tres padres.
Fácilmente, los que somos padres nos podemos poner en la piel de Ibitsam y Mahmoud, un matrimonio jordano que ha perdido a dos hijos a los 6 y 2 años por una enfermedad genética que la madre porta en el ADN de sus mitocondrias –unos corpúsculos externos al núcleo de las células–. ¿Qué padres no harían todo lo que esté en sus manos para que su hijo nazca y crezca sano?
Por eso escogieron este camino que les abre la ciencia: extraer el núcleo de un óvulo de la madre e insertarlo en el óvulo, sano y vaciado, de la donante. Luego es fecundado artificialmente. Se crearon cinco embriones; solo uno se desarrolló normalmente y era viable.
Un auténtico «clan» que ha hecho de la farmacia algo más que un medio de vida. Hay profesiones que se transfieren de padres a hijos. Como si lo llevaran en el código genético, algunas familias crean largas sagas en una misma profesión. Es el caso de este clan. Los farmacéuticos Jesús García y Lucía Monescillo se conocieron estudiando la carrera, ya en el último curso. Se casaron y con el tiempo tuvieron cada uno su propia farmacia, las dos en la calle Reina Victoria de Madrid.
Los tribunales han retirado la pensión por alimentos que percibía un joven murciano de 25 años de su padre tras quedar acreditado que lleva una década «sin hacer nada», según la sentencia de la Audiencia Provincial de Murcia.
Queda estimado así el recurso presentado por el progenitor, ya que su hijo no ha mostrado interés alguno ni por los estudios ni por trabajar durante todo ese largo periodo de tiempo. Al profundizar en el detalle de su situación, se constató que, en cuanto a su formación, no ha obtenido ni el título de EGB, y en lo que se refiere a su actividad laboral en los últimos diez años tan solo ha cotizado siete días.