Mi marido y yo nos hemos encontrado estos meses sin nada de trabajo y pasando apuros económicos. Una mañana me encontré con mucha angustia, sobre todo por el estado anímico de mi marido, al verse con cuarenta y tantos años, sin trabajo y con una familia a su cargo que mantener.
Hablé por teléfono con una amiga que recién he conocido que es del Opus Dei.
