Recordamos el episodio de Daniel en el foso de los leones, ejemplo de confianza en Dios:
En aquellos días, unos hombres espiaron a Daniel y lo sorprendieron orando y suplicando a su Dios. Entonces fueron a decirle al rey:
–Majestad, ¿no has firmado tú un decreto que prohíbe hacer oración a cualquier dios fuera de ti, bajo pena de ser arrojado al foso de los leones?
El rey contestó:
–El decreto está en vigor, como ley irrevocable de medos y persas.
Ellos le replicaron:
–Pues, Daniel, uno de los deportados de Judea, no te obedece a ti, Majestad, ni al decreto que has firmado, sino que tres veces al día hace oración a su Dios.
