“Podemos hacer lo que deseemos si lo intentamos lo suficiente” (Helen Keller)
Un joven estudiante de la universidad de Stanford en California, se presentó a solicitar un trabajo.
─Mire usted, le dijeron, el trabajo consiste en mecanografiar estos doscientos folios, ¿acepta usted?
El muchacho dijo que sí, pero que empezaría el miércoles. Llegado el momento, cuando le entregaron el trabajo, le preguntaron:
─Oiga, ¿por qué quiso usted empezar el miércoles en lugar de hacerlo el lunes?
─Muy sencillo −repuso el joven−. El lunes estuve muy ocupado tratando de alquilar una máquina de escribir, pues yo no la tengo. Todo el martes estuve aprendiendo a manejarla, ya que nunca antes había escrito ni una línea. Por eso me presenté el miércoles.