Cuentan que una noche de Navidad se le apareció en su cueva Jesús y le dijo: Jerónimo (1),¿qué me vas a regalar en mi cumpleaños? Él lo pensó un poco, y le respondió: Señor, te regalo mi salud, mi fama, mi honor, en suma, mi vida, para que dispongas como mejor te parezca. Pero Jesús le respondió: Como tal, la vida te la regalé yo.
¿Qué tienes tuyo para darme? San Jerónimo le replicó: Señor, te entrego mi sabiduría, mi tiempo dedicado al estudio de la Sagrada Escritura. Jesús volvió a decirle: Jerónimo: la sabiduría, el tiempo de tu vida, en realidad, también te los di yo. Entonces, como ya no sabía qué ofrecerle y como se había dedicado a la penitencia con tanto tesón, le dijo: Señor, te ofrezco mis penitencias, mis ayunos, mis sacrificios.