La historia de Dorothy Day es la historia de una mujer apasionada por la búsqueda de la Verdad
«Fue
una gran escritora y periodista americana que no era católica, era atea
y socialista muy involucrada con el movimiento obrero que en un cierto
momento se convirtió al catolicismo y creó un gran movimiento católico
cercano a los obreros, a los pobres, entorno a una revista que se
llamaba 'Catholic Worker'», afirma Lucetta Scaraffia.
Tuvo
una vida muy difícil e incluso llegó a abortar. Pero tras su conversión
cambió totalmente de vida. Además de la revista, también fundó
comedores y residencias donde los afectados por la gran crisis del 29 en
América podían comer y dormir. También tomó parte activa para que el
Concilio Vaticano II hiciera una condena explícita a la guerra.
«Participó –continúa Scaraffia− con
un grupo de mujeres de todos los países del mundo y de distintas
religiones que hicieron un trabajo de presión, de 'lobby' presencial,
para que el Concilio hiciera un llamamiento para la paz, una condena de
la guerra, que hasta ese momento la Iglesia no había hecho nunca. Y
ellas lo consiguieron».
Una mujer de armas tomar
que no dejó de luchar por lo que en cada momento de su vida consideraba
como una causa justa, como cuenta en el suplemento femenino Donne, Chiesa e Mondo, del Osservatore Romano, el periódico del Vaticano.
«Hemos
publicado una página de su diario en el que cuenta cómo fueron
invitadas a una audiencia del Papa y que él se dirigió a ellas. De hecho
fue la última audiencia de Juan XXIII, y tuvo lugar precisamente con las mujeres que pedían la paz. Ellas quedaron muy contentas», concluye Lucetta Scaraffia.
Dorothy
Day murió en Nueva York en 1980, con 83 años. Precisamente es allí, en
su ciudad natal, donde se ha abierto su proceso de canonización, del que
se espera que haya buenas noticias dentro de poco.
ROMEREPORTS
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