Cuatro testimonios que conmueven:
Dalyla: «Aborté dos veces. Tenía miedo de perder a mi pareja»
A los 23 años, Dalyla se quedó embarazada del hombre del que estaba profundamente enamorada, pero él no quería tener un hijo. «Sentí tanto miedo de perderle que hice lo que me dijo: abortar». A los tres años tuvieron un niño -que hoy tiene 10 años-, pero un año después Dalyla quedó de nuevo embarazada. El temor a quedarse sin trabajo y la presión de su pareja le llevaron de nuevo a la clínica abortista. Una semana después él la abandonó por otra mujer.Cuatro años más tarde, él volvió y ella le perdonó. «Pienso que si Dios es capaz de perdonarme por abortar, yo puedo perdonar a mi pareja». Se casaron y actualmente están esperando ilusionados la llegada de un nuevo hijo.
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Yene |
Yene: «Me aconsejaron abortar porque nacería enfermo»
Yene tenía tres hijos cuando se quedó embarazada de nuevo. Le dijeron que el bebé tenía una cardiopatía grave y le aconsejaron abortar. Hoy, Taylor tiene dos años y varias operaciones porque su madre decidió «apostar por la vida»
Yene tenía tres hijos cuando se quedó de nuevo embarazada. Durante una ecografía le dijeron que su bebé sufría una cardiopatía muy complicada y que, si llegaba a nacer, tendría una vida muy difícil. «Me quedé paralizada. El resto de mis hijos están muy sanos y los médicos me aconsejaban que interrumpiera el embarazo, algo que jamás me había planteado». Se separó y se quedó muy sola con los niños. No tenía nada de dinero, «pero decidí apostar por la vida». Hoy Taylor tiene dos años y varias operaciones, «pero hasta los cinco no tenemos una nueva revisión que nos confirmará la necesidad o no de otra operación», asegura esta madre.
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Kati |
kati: «Tenía 15 años pero aguanté la presión familiar»
A Kati su familia la presionó para abortar porque «no tenía edad para asumir esa responsabilidad». Se fue a una casa de acogida y ahora asegura que «es lo mejor que me ha pasado»
Con 15 años le dijo a su madre que se había quedado embarazada. «Fue terrible para ella. Me dijo que yo no tenía edad para asumir esa responsabilidad y que debía abortar cuanto antes». Sin embargo, y a pesar de la presión familiar, Kati descartó en todo momento la idea y se fue a una casa de acogida. Ahora su hijo Tiago tiene once meses y ella sigue viviendo en la casa de acogida. «Me ayudan mucho. Por las mañanas voy a clase -es estudiante de la ESO-, luego estoy con el niño y cuando se duerme estudio. Me encanta estar con él. Es lo mejor que me ha pasado».
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Erika |
Erika se había quedado sin trabajo por su embarazo. decidió abortar, pero cuando estaba e la sala de espera, salió corriendo, y feliz
Empezó a trabajar en una clínica dental, pero a los tres meses se quedó embarazada y la despidieron. «Coméncé a buscar ayudas del Estado para poder tener y mantener a mi hijo y la búsqueda fue terrible porque no encontré nada. Mi familia me apoyó en mi decisión de salir adelante, pero yo sentí el temor de no encontrar trabajo ni ayudas económicas para cuidar a mi bebé». Finalmente, creyó que lo mejor sería abortar. Acompañada de su madre y su novio entraron en una clínica abortista. «Cuando me llamaron y fueron a sacarme sangre, me entró pánico por lo que estaba a punto de hacer. Salí corriendo». Hoy está embarazada de 7 meses y se siente feliz por la decisión de no abortar.
abc.es
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