Es tremendo lo que está pasando y es tremendo el silencio de occidente sobre este terrible asunto. No podemos callar porque seremos cómplices de esta persecución religiosa contra nuestros hermanos en la fe. No podemos dejar de rezar por ellos y pedir y hacer pedir a todos que paren este genocidio. Desde aquí lo hacemos ahora mismo.
Jaime Sanz
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