El coraje de la hermana Nu Thawng le llevó a arrodillarse delante de la fuerza policial para rogarles que no fusilasen a los civiles que protestaban por su libertad y derechos humanos.
Al menos 18 personas han muerto este domingo y 30 personas han resultado heridas en la jornada más violenta que se ha producido en Myanmar (la antigua Birmania) tras el golpe de Estado del pasado 1 de febrero por lo militares.
Desde entonces, centenares de manifestantes que protestan por las calles, son detenidos o golpeados por la policía y el Ejército.
Cardenal Charles Maung Bo
El cardenal Charles Maung Bo, arzobispo de Yangón (la ciudad más grande de Birmania) denuncia en sus redes sociales algunos de los hechos más sangrientos que se están produciendo en los últimos días en el país, donde la escalada de violencia va en aumento.
"Condenamos enérgicamente la escalada de violencia contra las protestas en Myanmar y pedimos al ejército que detenga de inmediato el uso de la fuerza contra manifestantes pacíficos", asevera el cardenal.
La religiosa que detiene a la policía
Ayer, los disturbios fueron severos en todo el país. El arzobispo de Yangón ha denunciado que la policía "está arrestando, golpeando e incluso disparando a la gente". Además, ha subido a su perfil de twitter unas imágenes impactantes: "Con lágrimas en los ojos, la Hermana Ann Nu Thawng ruega y detiene a la policía para que deje de arrestar a los manifestantes. Aproximadamente 100 de los manifestantes pudieron escapar de la policía debido a la monja".
El coraje de la hermana Nu Thawng le llevó a arrodillarse delante de la fuerza policial para rogarles que no fusilasen a los civiles que protestaban por su libertad y derechos humanos.
Mediar en un diálogo nuevo
El cardenal Maung Bo ha hecho un llamamiento a todos los católicos de Myanmar a cooperar a nivel local con las autoridades en todos los niveles. "Estamos dispuestos en todo momento a fomentar y mediar un diálogo nuevo y oportuno entre las diversas partes", ha declarado.
Así mismo, el cardenal birmano ha condenado el golpe de Estado tanto en Hong Kong como Myanmar, un golpe contra la voluntad del pueblo y contra el orden internacional.
Según UCANews (la agencia católica de Asía) en los últimos seis meses, el régimen del Partido Comunista Chino (PCCh) ha llevado a cabo un golpe de Estado a cámara lenta en Hong Kong. Y si bien lo ha hecho sin recurrir al ejército en las calles, a diferencia de Myanmar, existen paralelos entre el desmantelamiento de las libertades y la autonomía de Hong Kong por parte de China y el derrocamiento de la Liga Nacional para la Democracia (LND) por parte del general Min Aung Hlaing en Myanmar.
Condena de la ONU
Desde Naciones Unidas han condenado la violencia y han afirmado que el pueblo de Myanmar tiene derecho a reunirse pacíficamente y exigir el restablecimiento de la democracia. "Estos derechos fundamentales deben ser respetados por los militares y la policía, no enfrentados a una represión violenta y sangrienta", se indica desde la ONU.
En el comunicado de ayer, la ONU destaca que desde el comienzo del golpe de Estado en Myanmar el 1 de febrero, la policía y las fuerzas de seguridad han atacado a un número cada vez mayor de voces de oposición y manifestantes arrestando a funcionarios políticos, activistas, miembros de la sociedad civil, periodistas y profesionales médicos.
Solo ayer "la policía ha detenido al menos a 85 profesionales médicos y estudiantes, así como a siete periodistas, que estaban presentes en las manifestaciones. Más de 1.000 personas han sido arrestadas y detenidas arbitrariamente en el último mes, algunas de las cuales siguen desaparecidas, simplemente por ejercer sus derechos humanos a la libertad de opinión, expresión y reunión pacífica".
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