El joven padre David Michael Moses de la Arquidiócesis de Galveston-Houston (Estados Unidos) experimentó recientemente lo que describió como “una de las semanas más locas” de su ministerio sacerdotal. En Semana Santa pasó unas 65 horas en el confesionario y atendió a más de mil personas. ¡Mira esta inspiradora historia!
No es la primera vez que el padre David Michael tiene un intenso impulso confesional; también sirvió a los fieles prácticamente sin parar durante la Semana Santa y la Navidad del año pasado, y la última vez fue el Miércoles de Ceniza. En uno de los días, el sacerdote incluso se quedó desde las 6 am hasta la medianoche.
Este sacerdote escuchó 1167 confesiones en Semana Santa y revela algo increíble
A través de una publicación en su Instagram, fue testigo de la experiencia: “La semana pasada escuché 1167 confesiones. ¿Me importan los números? No mucho. ¿Estoy preocupado por la salvación de las almas? Por supuesto. Eso es todo lo que me importa. Y toda confesión era un alma que entró con el pecado, así que salió una nueva creación”.
“Yo no estaba allí cuando Jesús resucitó, pero vi a 1.167 personas resucitar la semana pasada”, dijo el padre David Michael. “Me encanta ser sacerdote. Alabado sea Dios. Felices Pascuas, mi familia”, concluyó.
En otra publicación, el sacerdote publicó un breve video que muestra algunos momentos de la rutina y los preparativos para el esfuerzo de confesión.
“Me di cuenta cuando fui ordenado que la Semana Santa parece ser un momento en el que Jesús realmente está atrayendo corazones, especialmente si ha pasado mucho tiempo desde la última confesión [de la persona]”, dice el padre David Michael. “Por eso quería estar lo más disponible posible”.
Junto a amigos y feligreses, el párroco separó cientos de botellas de agua bendita para repartir entre los que acudían a confesarse.
Sobre la rutina que duró todo el día, bromeó que trató de mantenerse hidratado y, en respuesta a las solicitudes, tomó algunos descansos para ir al baño. ¡Incluso se quedó en el confesionario para alimentarse!
“En un momento, teníamos más de cien personas en fila, algunas esperando dos horas”, informó. “Definitivamente agotador, pero no puedo pensar en nada que prefiera hacer con mi vida. Me encanta ser sacerdote” .
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