También con el bate y el guante se puede vivir la fe. Ese mensaje transmite Jamie Moyer, un pitcher de la MLB -la mejor liga del mundo de béisbol- con una larga carrera a sus espaldas y una gran naturalidad a la hora de vivir y expresar su amor por Jesucristo. Pero esta no se queda únicamente en el ámbito interno, sino que se traduce en una fundación de caridad que cuida de chicos con problemas graves o con algún tema de adicción en sus familias. Combina lo mejor de la religión: la fe y las obras.
A su 50 años, ha pasado por los Cubs de Chicago, los Rangers de
Texas, los Cardinals de Saint Louis, los Tigers de Detroit, los Orioles
de Baltimore, los Red Sox de Boston, los Mariners de Seattle, los
Phillies de Philadelphia y un par de equipos de ligas menores. Una
carrera dedicada al béisbol en la cual ha cosechado éxitos como su
presencia en el All Star de 2003 o la obtención de las Ligas Mundiales
en 2008. Actualmente, posee el record de ser el lanzador de béisbol más
veterano de los que están en activo, aunque se da por seguro que este
año se retira.
La virtud de Moyer y de su familia consiste en armonizar su vida
profesional con una fe profunda y formada. Al lado de su mujer, Karen,
ha visto crecer a siete hijos carnales y a Yenifer, una niña
guatemalteca que cuenta con cinco abriles ahora mismo y que adoptaron
hace dos. Todo un testimonio provida, por ende. Al preguntarle de dónde
procede esa fuerza, responde con su historia personal. "Crecí yendo los
domingos a la iglesia del colegio, pero mi familia no era católica.
Luego conocí a Karen, que sí es muy católica.
Cuando decidí casarme con
ella, supimos que nuestros hijos se educarían en la fe católica, así que
me convertí. La fe es algo muy importante para nosotros como familia",
comentaba en la entrevista.
Aunque reconoce que no resulta tan sencillo durante la temporada en
que viaja de un lado a otro junto a su equipo. "A veces es complicado
encontrar una misa cuando estoy viajando. En algunos estadios de béisbol
la hay y un domingo siempre existe una capilla disponible en cada
estadio. Muchas organizaciones tienen grupos de estudio de la Biblia
para jugadores y esposas". De casta le viene al galgo: estudió en la
Universidad de Saint Joseph y su mujer en Notre Dame, dos centros
superiores católicos. Precisamente Karen expone cómo vive ella la
religión y cómo intenta transmitirla a sus hijos, todos ellos
practicantes convencidos. "Intento ir a misa diaria cuando puedo. Voy no
importa dónde esté, en qué ciudad o en qué iglesia. Nuestra familia ha
visto misas en muchos idiomas. Pronunciamos oraciones a la hora de comer
y de dormir, recordamos a los que menos tienen y yo constantemente les
recuerdo a los chicos lo que Cristo hizo por nosotros", dice con
valentía.
La Fundación Moyer extiende sus brazos en 25 estados y comprende más
de medio centenar de campamentos. Se ocupa especialmente de aquellos que
han perdido un ser querido en su infancia y de los que padecen algún
tipo de adicción en su familia. Jamie lo ve simplemente como una
consecuencia lógica de su fe; no en vano, sus hijos son voluntarios de
la organización y algunos han pasado algún verano de misiones en
Centroamérica.
RELIGIÓN CONFIDENCIAL
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